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a responsabilidad social que implica egresar de la Universidad de Guanajuato para mí significa un gran compromiso, pero también un gran orgullo de haber ingresado, estudiado y titulado de la que, estoy convencida, es la mejor Universidad del Estado y una de las 10 mejores del país. Y este compromiso fue aún mayor porque justo al egresar de la carrera, el mundo cambió por completo: nos estábamos enfrentando a una pandemia que comenzó con un virus desconocido.
Las noticias de un nuevo coronavirus se veían lejanas hasta que el 28 de febrero del 2020 se tuvo el primer caso confirmado de COVID-19 en el país.
La introducción de este nuevo patógeno hizo que los sistemas de salud se vieran sobrepasados en México y en el mundo; este nuevo hecho significó un caos no sólo en salud, sino en lo económico y social. Ante esta situación, los servicios de enfermería estuvieron muy solicitados y sobresaturados de manera hospitalaria y extrahospitalaria.
Fue un proceso arduo para todo el personal de salud, pero para enfermería es, sin duda, un hito en la historia, pues fue durante este periodo que la sociedad volteó a ver el trabajo del personal de enfermería y se dieron cuenta de la verdadera necesidad de un personal altamente capacitado.
Todas las áreas de enfermería hicieron un esfuerzo sobresaliente, por ejemplo: en el área hospitalaria, la valentía de estar al pie de cañón en la primera línea de atención, actualizarte constantemente ante cuidados para pacientes con COVID-19. La enfermería laboral se encargaba en las empresas de la parte de prevención y concientización; en el área de investigación los y las enfermeras científicas también colaboraron con los grandes equipos.
Y cuando se creó la vacuna, seguía enfermería al frente de la labor. Es conocido el sofisticado sistema de vacunación que México tiene, y su preservación se debe a la labor de esta profesión.
Durante este proceso, la pandemia colapsó los sistemas hospitalarios, la falta de insumos y el escaso oxígeno en los establecimientos. Esto requirió que hubiera profesionales de enfermería que estuviéramos capacitados/as para atender de manera domiciliaria a pacientes con estas condiciones.
Entonces, con mi amiga y colega Fernanda Castro, al ver esta necesidad creamos una agencia de enfermería que nació por la inminente necesidad de preservar la salud en cualquier etapa de la vida a través del cuidado y acompañamiento de un profesional de enfermería.
Nunca imaginé vivir una pandemia, pero me siento orgullosa de mí, de mis colegas, y de la profesión de enfermería en general, pero también soy consciente de los grandes retos que seguimos enfrentando. Quiero que la población en general, así como gobierno, tomen consciencia de la dignificación y remuneración económica justa, que demuestre el valor e importancia de esta profesión, lo trascendental y determinante que es para la salud de un individuo y sus familias el contar con un servicio oportuno y calificado de una enfermera(o) ante su estancia hospitalaria o en domicilio.
También, es importante mencionar lo destacable que es el aporte de enfermería en las investigaciones y del rol tan relevante que tenemos al hacer prevención en las industrias y escuelas.