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desdeesde una perspectiva feminista, la Red Nacional de Refugios (RNR), AC, organización conformada por espacios de prevención, atención y protección para mujeres, niñas y niños en situación de violencias, extiende una red de apoyo a lo largo del territorio nacional e internacional a la vez de incidir en políticas públicas de igualdad sustantiva y derechos humanos de las mujeres.

La RNR durante el periodo de confinamiento por la pandemia de COVID-19, incrementó sus atenciones a mujeres en situaciones de violencia. Según sus registros, reportan de enero a diciembre de 2021, atenciones a 45 mil 490 mujeres, niñas y niños mediante seguimientos de: atenciones a través de redes sociales y línea telefónica; rescates de mujeres a nivel nacional; y el recibimiento de mujeres, niñas y niños en Refugios y Centros de Atención Externa

Historias de vida que, a través de una red de apoyo, pudieron mirar desde otra perspectiva su vida.

En entrevista con Wendy Figueroa Morales, Directora General de la RNR reflexionó acerca de la importancia que representa la formación de redes de apoyo frente a situaciones de violencias y cómo el hacerlo desde una perspectiva feminista abona socialmente.


¿Cómo vino a recalcar la pandemia las violencias hacia las mujeres e infancias dentro de los hogares?

La pandemia por COVID19 vino a profundizar las brechas de desigualdad y discriminaciones de las que son víctimas las mujeres en todas las etapas de su vida, trayendo consigo un incremento en los índices de feminicidios y violencias contra las mujeres e infantes, entre ellos, los delitos sexuales y la violencia familiar, de acuerdo con los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Dejando claro que estas violencias no están en cuarentena y que es apremiante implementar acciones integrales, con enfoque de género, derechos humanos e interculturalidad para mitigar el impacto que la doble pandemia, el COVID-19 y las violencias machistas tienen en la vida y el desarrollo de las mujeres e infancias. 

Lamentablemente no hay lugar seguro para las mujeres, sus casas, un parque, el trabajo o el transporte público, hoteles o calles se encuentran entre los principales lugares donde niñas, jóvenes y mujeres adultas son asesinadas de forma violenta, según registros de fiscalías y procuradurías de las 32 entidades, así como de organizaciones sociales.

Una de las consecuencias más devastadoras de la pandemia por COVID-19 ha sido el aumento del número de casos y la intensidad de los episodios de violencia sexual, física y psicológica contra las mujeres y las niñas, cuyas posibilidades de reportar agresiones durante la cuarentena y, por ende, de recibir protección y acceso a todos sus derechos se ha visto reducida por el aislamiento reflejando que no se ha abordado la pandemia por COVID-19 desde un enfoque de género y derechos humanos.

Ante esta doble pandemia que viven las mujeres y niñas en todas sus diversidades y en todas las etapas de su vida, la labor que han tenido las colectivas feministas y las organizaciones de la sociedad civil, ha sido fundamental, estando en la primera línea de la atención para crear campañas, impulsar trueques feministas para mitigar el impacto económico, entre muchas otras acciones, ya que los feminismos no sólo estamos en las calles, estamos en las redes, en la academia, en las escuelas, en las casas, en lo público y en lo privado y es desde ahí donde nos hermanamos y buscamos crear alternativas que acompañen a las mujeres a acceder a sus derechos.


¿Qué son las redes de apoyo, cómo se construyen, cómo sumar desde la sociedad?

redes sororidad 2Las redes de apoyo son claves para toda persona, contribuyen a su propio reconocimiento como persona, constituye una de las claves centrales de la experiencia de la identidad de bienestar, hábitos de cuidado de la salud y capacidad de adaptación a una crisis; pueden ser amistades, familiares, ve cinas/os, así como organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación e instancias gubernamentales a las que, al hablar de violencias contra las mujeres, estas pueden acudir para encontrar acompañamiento, apoyo y oportunidades para salir del ciclo en el que se encuentra. 

Cómo se construyen, es una pregunta compleja, principal mente se requiere de confianza, y ésta se da cuando la mujer, se siente escuchada sin ser juzgada, se siente acompañada, respetando su ritmo y su proceso, donde recibe el apoyo que requiere (económico, moral, de vivienda, de proceso integral, etc.) sin condicionamientos y sin revictimización, y bueno, sabemos que el patriarcado permea todos los espacios y sectores, por ello es muy complejo que una mujer confíe, hable de su situación, porque las veces que lo ha hecho ha sido re victimizada, de ahí que toda la sociedad y por supuesto, los medios de comunicación y las autoridades deben hacer un cambio de principio le crean a la mujer que denuncia, y no minimicen ningún acto de violencia, romper con ese mito que las mujeres están ahí porque les gusta, o que ellas fueron responsables de las violencias de las que han sido víctimas, es indispensable que quede claro, que les quede claro a quien imparte justicia, a quien cubre en los medios los delitos, que nunca
una mujer será responsable de las violencias vividas, que el único responsable es el agresor….

Entonces ¿cómo sumar como sociedad? Justo no siendo cómplices, rompiendo el pacto patriarcal, si escuchamos gritos e insultos, llamar a las autoridades, si conocemos a alguien que está en una situación de riesgo, decirle que cuenta con nosotras/os, proporcionarle algún número telefónico donde ella pueda llamar, por ejemplo el de la Red Nacional de Refugios, por supuesto nunca culparla y si eres hombre, no compartir imágenes de mujeres en redes sociales o medios electrónicos, no reírte de chistes machistas o misóginos, entender que no, es no….es urgente desnaturalizar las violencias y por lo tanto, promover una cultura de cero tolerancia a cualquier forma de violencias contra las mujeres.  


¿Por qué ver las redes de apoyo con una perspectiva desde el feminismo?

Justo, si no miramos no sólo la construcción de redes de apoyo, sino en si misma la construcción de una sociedad democrática y garante de derechos humanos desde el feminismo, no podremos entender las violencias estructurales y sistémicas históricas que existen en los espacios públicos, privados y cibernéticos contra las mujeres, por ende, no se podrán eliminarse las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo, tener un enfoque feminista y transversalizarlo en cada acción implica que se analice cómo las características sociales y culturales que han sido impuestas con base en el sexo se convierten en desigualdades y como estas afectan en la vida, dignidad y libertades de las mujeres, y de la sociedad misma, teniendo presentes los aspectos sociales, políticos y culturales que han contribuido a establecer una jerarquía de género.

Ahora bien, las redes de apoyo entre mujeres salvan, y cientos de testimonios lo reflejan, las mujeres, las organizaciones feministas tejen estrategias de protección y cuidados para resistir a las violencias machistas y las agresiones que reciben de sus familias, parejas, comunidades e instituciones. Hablar de redes de apoyo desde el feminismo es dejar de decir, amiga date cuenta, porque esta frase revictimiza, desde la psicología feminista, sabemos que no es que las mujeres no se den cuenta, sino que existe una violencia estructural y sistémica que les imposibilita a las mujeres salir de la violencia, además de que está comprobado que el momento más riesgoso para una mujer, es cuando decide separarse del agresor, costándole a muchas mujeres su vida, libertad y siendo atacadas por el agresor, por ello es indispensable, dejar esas frases y cambiar la narrativa, amiga, cuenta conmigo, a tu ritmo a tu tiempo, aquí estoy para acompañarte, reconociéndola como sujeta de derecho, y no como objeto a quien le diremos qué y cómo hacerlo

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Acompañar desde una mirada feminista


Como red de apoyo y dentro de los estragos que ha visibilizado la pandemia ¿qué retos implica el acompañamiento a personas que han sido violentadas o sufren de violencia?

Tiene que ver con lo que respondí en la pregunta anterior…Considero que el principal reto, desde mi experiencia es acompañar desde una mirada feminista que implica, estar en constante proceso de deconstrucción patriarcal reconociendo que las mujeres que acompaño son las expertas en su vida, en su historia, que nosotras, las otras, los otros sólo somos personas que guían y acompañan pero cada una de ellas son las que deciden y toman las decisiones, de ahí que es importante que quienes acompañen o sean esa red de apoyo, lo hagan con consciencia y responsabilidad, brindando información y opciones desde un enfoque de derechos humanos, perspectiva de género e interculturalidad, reconociendo e identificando cuáles son las necesidades de la mujer que estoy acompañando, diferenciarlas entre las mías y entender que el proceso y la acción se realiza, justo colocándolas a ellas en el centro de toda acción, siendo las protagonistas y ciudadanas de derechos. De no hacerlo así, estaríamos y ese es un riesgo real que existe, replicando el sistema patriarcal y colonialista que controla, oprime y reproduce las desigualdades, impunidad y revictimizaciones de un sistema cómplice y omiso.


Desde el trabajo que se realiza en la Red Nacional de Refugios ¿qué oportunidades se generan a través de alianzas con otros sectores de la sociedad? 

Son infinitas las oportunidades y acciones que se pueden obtener cuando estableces alianzas, estoy convencida que solo articulando esfuerzos, experiencias, metodologías, voluntades y recursos podremos hacer frente a las violencias machistas y sólo desde la articulación de todos los sectores podrá lograrse un cambio real y efectivo, es indispensable pasar de una mirada individual a una mirada colectiva. 

Creo y creemos firmemente en la suma de acciones, en la articulación de esfuerzos, pensar en que solo una instancia o una persona puede resolver una problemática social como el grave problema de las violencias contra las mujeres es irreal y fuera de toda mirada feminista y democrática, no solo estamos comprometidas en trabajar coordinada y corresponsablemente con los tres órdenes de gobierno y con todos los sectores de la sociedad, lo hemos demostrado y los resultados de ello son palpables.

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¿Cómo apoyar ante las realidades que marcan a cada persona?

Desde el enfoque de la interseccionalidad, que visibiliza y nombra las causas por las cuales cada persona sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales, por ello es indispensable el abordaje de las violencias machistas desde la interseccionalidad, pues, permite apreciar elementos que a primera vista el sistema obvia, y además muestra que si alguna mujer se encuentra inmersa en un gran número de identidades oprimidas, estas acabarán provocando opresiones también múltiples.

Por ello se requiere conocer el contexto de cada persona, escuchar sus necesidades, reconocer las diversas formas de opresión que vive y con base a ello plantear un acompañamiento con enfoque de género, derechos humanos, interculturalidad e interseccionalidad

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¿Cuáles son los derechos de las mujeres e infancias hacia una vida libre de violencia?

El derecho a una vida libre de violencias para todas las mujeres, niñas y adolescentes se articula con todos los derechos, al derecho a decidir, a una vivienda, un empleo con salarios dignos e igualitarios, el derecho a contar con órdenes de protección, a contar con Refugios que restituyen derechos y previenen feminicidios, al derecho a la educación, y a todos y cada uno de los derechos humanos desde la mirada del Desarrollo humano sustentable, democrático y libertario. Paradigma feminista que ha alentado la causa a favor de las libertades de las mujeres, de su acceso a la justicia integral y a una vida diga y libre de violencias.

El país necesita una sociedad igualitaria, democrática, sin corrupción e impunidad y libre de violencias machistas, donde todas las mujeres y niñas puedan vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades, con el ejercicio pleno de todos sus derechos como sujetas de las mismos, una sociedad donde exista corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados, educación sin sesgos por razones de género, acceso a la justicia integral y eliminación de las brechas salariales.

redes sororidad 4Avances y retos dentro de las políticas públicas frente a la violencia de género

Hemos tenido avances sin duda, entre ellos las recientes resoluciones históricas emitidas por la SCJN con relación a la autonomía reproductiva de las mujeres y su derecho a decidir, pero la deuda histórica de la justicia integral para las mujeres sigue estando vigente por ello es indispensable políticas públicas con presupuesto progresivo que garantice el derecho de todas las mujeres a la dignidad, las autonomías, la igualdad jurídica, a la salud, a las libertades como ciudadanas de derechos así como a un sistema nacional de cuidados.

Los retos en nuestro país, para garantizar todos los derechos para todas las mujeres, niñas y adolescentes entre ellos, el derecho a vivir una vida digna y libre de violencias son muchos, redes sororidad 5enunciaré algunos:

  • Garantizar la debida diligencia en la prevención y atención de todas las formas de violencias machistas y las discriminaciones contra las mujeres en todas las etapas de su vida y diversidades.
  • Transitar hacia la justicia integral, entendiéndose y reconociéndola como todos los mecanismos de protección, judicialización, reparación, sanación e impulso de las autonomías de las mujeres, niñas y adolescentes víctimas de violencias, que garanticen que ellas ejerzan su ciudadanía como sujetas de derechos.
  • Arrancar la impunidad de los sistemas y por ende del acceso a la justicia integral.
  • Existe una tendencia del sistema patriarcal y colonialista a despolitizar los temas claves en la garantía de los derechos humanos, lo cual ante un Estado de derecho débil y fragmentado donde hay impunidad, corrupción e ineficiencia en los sistemas de justicia integral, como México, es indispensable mantener, refiriéndome a la politización que efectuamos las ONGs, colectivas y defensoras de derechos humanos para garantizar que los procesos de acceso a la justicia integral se lleven a cabo de una manera transparente, con debida diligencia y cumpliendo con lo establecido en las leyes en la materia y por tanto, que las transgresiones y delitos no queden impunes.
  • Descolonizar la información, las políticas de prevención y atención, así como los recursos, lo que significa la urgente necesidad de despatriarcalizar los gobiernos y las instancias que son responsables de garantizar los derechos humanos de todas las mujeres, así como de etiquetar, aprobar y ejercer los presupuestos, siendo forzoso romper con la herencia colonial, con las relaciones de dominio y de ejercicio del poder sobre que subyuga.
  • Eliminar la persecución de las colectivas feministas, defensoras de DDHH y de las organizaciones de la sociedad civil. Para hablar de democracia y lograr cambios que garanticen una sociedad igualitaria es indispensable el dialogo, la interlocución, participación, evaluación y seguimiento de las organizaciones civiles, las colectivas feministas, defensoras y por supuesto de mujeres sobrevivientes de violencias y familiares de víctimas de violencias. 

¿Qué retos, responsabilidades y oportunidades se tiene como sociedad para formar infancias libres de violencia? es decir ¿cómo forjar un camino para transitar libres y sin miedo? 

Son muchos, pero es indispensable que se entienda y comprenda lo que en el feminismo se ha visibilizado: “lo personal es político” lo que significa, que algo que le sucede a una mujer en lo privado, también es público, lo que implica que es político, si es político es de la sociedad, de todo el país y del mundo, por ello es un riesgo buscar despolitizar las violencias machistas, los feminicidios y la agenda de derechos humanos entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, sobre todo en un país como México que invisibiliza la crisis de derechos humanos y el Estado de emergencia en el que vivimos.

Eliminar las políticas adultocentristas ya que la sociedad actual se construyó invisibilizando las voces de las niñas, niños y adolescentes, y que existen muchos sectores de la población que consideran esta práctica vigente, por ende no consideran a las infancias como sujetas de derechos con voz propia, lo que lleva a ejercer prácticas que transgreden los derechos humanos de las infancias al discriminar, subordinar y relegarles propiciando relaciones de desigualdad, dominación y por ende de poder.

En la Red Nacional de Refugios nos mantiene la esperanza de lograr una sociedad en donde todas y todos quepamos, en donde las mujeres podamos caminar libremente por nuestras calles, acceder y ejercer cada uno de nuestros derechos como sujetas de los mismos, donde la diversidad y la igualdad sean una realidad para todas las mujeres y los hombres, si consideramos a la igualdad como un gran motor para ello, si pensamos en poner en el centro de la actuación los derechos humanos de las mujeres y las niñas, lo que nos permitirá acabar con la cultura del patriarcado y de privilegios y empezar a construir una socie dad justa, igualitaria, feminista, democrática y libre de violencias para todas las mujeres y las niñas en este país.

Para lograr lo anterior considero fundamental que los gobiernos, pongan en el centro de su política los derechos humanos, garantizándolos, abordando la diversidad y las múltiples discriminaciones que viven las mujeres y abordar las discriminaciones y violencias estructurales contra ellas.

La propuesta central es atender la desigualdad y potencializar la autonomía; transitando a acciones que garanticen la igualdad sustantiva de las mujeres, la redistribución del tiempo y las oportunidades para las mujeres, es decir, pasar de una cultura patriarcal a una cultura de la igualdad y por lo tanto de cero tolerancias a cualquier forma de violencia de género.

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redes sororidad 6Desde una mirada de involucramiento y no exclusión ¿Los hombres también pueden formar parte de redes de apoyo? ¿Cómo hacerlo?  

Si claro, los hombres no sólo pueden formar parte de las redes de apoyo, sino que deben ser parte de la solución y la eliminación de las violencias contra las mujeres, por un lado, por ser parte de la sociedad y por otro, por ser parte del problema, si bien, no todos los hombres son agresivos, si lo son los suficientes para que en México cada dos minutos un hombre ejerza violencias machistas contra una mujer, no todos son violentos, pero si los suficientes para que todos los días más de 11 mujeres sean asesinadas por algún hombre.

¿Cómo hacerlo? Primeramente, reconociendo sus privilegios por el simple hecho de haber nacido hombres y después renunciando a esos, ya que son aquellas ventajas que gozan los hombres sobre las mujeres que están tan naturalizados que perpetúan las violencias cotidianas y que son urgentes identificarlas para entender cómo son interiorizadas, mostrar las desigualdades que sostienen y diseñar estrategias para erradicarlas, porque muchas de ellas son la antesala al feminicidio.

Asimismo, como lo comenté con anterioridad, es importante que los hombres más que ser aliados al feminismo, renuncien al pacto patriarcal y puedan reconocer las violencias que ejercen ellos o los hombres que les rodean, reconocer que hay otras formas de relacionarse y que el control nunca es una opción que genere bienestar.