

Y es que Gilberto explica que, desde que tiene memoria, los ríos que cruzan por las ciudades están condenados a enfermarse por falta de sensibilidad e interés por parte del gobierno y habitantes. “En estos entornos modificados por la contaminación, la toxicidad en el agua convierte a la rivera de los ríos en un entorno hostil para las plantas nativas”.
En sus palabras, se trata de “una hibridación de bacterias provenientes de estos ríos contaminados, plantas autóctonas que ya no pueden sobrevivir en dicho entorno y una parte robótica que simbióticamente se complementan formando una nueva especie que puede aprovechar la propia contaminación para generar vida. De esta manera las plantas nativas recuperan su territorio a través de esta prótesis o hibridación”.
Para el egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas -ahora Artes Visuales- de la Universidad de Guanajuato fue importante estudiar los procesos metabólicos de las bacterias y cómo dichos procesos pueden sanar los ríos en que éstas habitan generando energía eléctrica que su vez ayuda a su desarrollo, concluyendo así que su presencia más que un foco de infección es la manifestación del propio sistema inmunológico del río.
“En vez de continuar en esta guerra contra las bacterias, lo que nos hizo reflexionar todo este proceso es que lo que debemos de hacer es aliarnos, no solo con las bacterias sino con toda la biodiversidad, para crear junto con toda una hidrocomunidad en la que podamos aprender a relacionarnos de manera simbiótica como interespecie”, señala.
A través de Plantas nómadas el artista busca cambiar la relación con el entorno a una más respetuosa, así como encontrar nuevas tecnologías y formas de evitar contaminación
También busca que sea una herramienta que permita reaprender a reciclar el agua dando libertad a que la propia hidrocomunidad, incluyendo bacterias, hagan su trabajo de restauración e intervenir, en todo caso, de la misma manera como lo hacen ellas. Al final, dice, lo más importante es tener una aproximación a los mecanismos de la vida para aprender de ellos y poder entender cómo podemos participar en su proceso de rehabilitación.
A la reflexión obligada en una actualidad marcada por la pandemia, Gilberto Esparza recuerda que Plantas nómadas nació de la preocupación por la toxicidad de los ríos que afecta tanto a la salud de las comunidades que habitan cerca de ellos como a todos los seres que conviven con los ríos en las diferentes etapas de su trayecto.
“Ahora que estamos en este desequilibrio similar al que sufren nuestros ríos, que se manifiesta no solo con esta pandemia, sino también con los casos todavía mayores a los del COVID-19 como el cáncer, entre otras enfermedades relacionadas con la toxicidad que se extiende hasta nuestros alimentos, al aire que respiramos y nuestro entorno. Todo esto como consecuencia de la manera en que la agroindustria y todos sus procesos intensos de producción masiva han tomado un camino que deja claro que no hay un verdadero interés por la salud de las personas”.
Gilberto Esparza ha realizado exposiciones individuales y colectivas en México, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Perú, España, Holanda, Bélgica, Eslovenia. Ha recibido importantes reconocimientos entre los que destacan el Premio a la Producción Iberoamericana Vida 09 y el segundo lugar del Premio Arte y Vida Artificial Vida 13 de la Fundación Telefónica, España. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Favorablemente, “está despertando una conciencia por retomar tecnologías y procesos que antiguamente se empleaban en la agricultura y se están recuperando conocimientos que se habían perdido. Asimismo, estamos asimilando que tenemos que reaprender a tener una soberanía alimentaria que genere economías locales de producción, aprender a alimentarnos de lo que las estaciones nos proveen, aprender a tratar nuestras aguas, cosechar la lluvia, manejar nuestros residuos, producir nuestra propia energía y sobre todo trabajar en comunidad”, amplía.
Y es que el autor tiene la convicción de que el arte es una herramienta para generar conocimiento y hacer obras que inviten a la reflexión, además de servir como plataforma que motive la creación de nuevas líneas de investigación lo que lo ha llevado a aprovechar los espacios artísticos para generar conciencia a través del empleo de la tecnología y nuevas propuestas visuales que entrelazan la biología, la ingeniería y la robótica.
Cuenta con proyectos que han sido expuestos en el contexto nacional e internacional como Parásitos urbanos, Plantas nómadas y Plantas Autofotosintéticas, este último merecedor del premio Ars Electronica 2015 en la categoría de Hydrid Art en Austria.